Testimonios
Conoce a los estudiantes que ya vivieron la aventura internacional.
Clara Rodríguez
Cursé un semestre en Australia como parte de un programa de intercambio de mi Universidad. Tenía claro que quería ir a Australia, porque para un estudiante que va a vivir fuera durante varios meses por primera vez es el destino ideal: un lugar lejano y exótico, con increíbles paisajes, flora y fauna que explorar, pero al mismo tiempo con la comodidad y seguridad de una sociedad y cultura similar a la que conoces y en la que te sabes mover. Además, en mi caso, mi estancia en The University of Queensland, que tiene una buenísima reputación respecto a la calidad de su enseñanza, y una oferta de asignaturas enorme, me permitió aprender sobre aspectos de la biotecnología que no habría podido cursar en España.
Mi universidad me ofreció la oportunidad de realizar un acuerdo de intercambio, pero no pudo ayudarme con todos los trámites ajenos al ámbito académico. Obtener un visado requiere su tiempo y es importante asegurarse de que aportas toda la información que se requiere. Además, buscar alojamiento desde España sin conocer el lugar se me hacía un mundo. Aquí es donde conté con el apoyo de LAE, que gracias a su experiencia me pudieron informar y recomendar acerca de todas las dudas que tenía.
Durante los primeros meses, estuve viviendo con una familia australiana. En mi opinión, es una de las mejores opciones para empezar, dado que te ofrecen ayuda con cómo moverte por la ciudad, dónde ir, qué eventos hay en la ciudad en el momento… La familia con la que estuve era encantadora y siempre se ofrecían a ayudarme con cualquier cosa o a llevarme con ellos. Además, en época de exámenes ayuda el no tener que preocuparse por preparar la cena.
The University of Queensland es enorme, y el programa social es increíble. Hay un programa dedicado a poner a los alumnos internacionales en contacto y organizar actividades para ellos. Además, sean cuales sean tus gustos: deporte, fotografía, ciencia ficción, cine, música, política, ciencia y cientos más, hay un club para ello en la universidad, y se hacen grandes amigos a través de ellos. En mi caso, me uní al grupo de “Japanese Taiko”, un instrumento tradicional japonés, en el que conocí gente maravillosa y con el que recorrimos un poco los alrededores para tocar en distintos conciertos.
Brisbane es una ciudad preciosa, e increíblemente activa. En los barrios del centro: West End, South Bank y el CBD, hay infinidad de restaurantes internacionales, bares con cervezas locales, conciertos, tiendas, centros comerciales, recreativas, clases de baile… y todo esto ocurre cerca de las principales universidades, por lo que vivir en estos barrios es una gran ventaja. Barrios algo más alejados son en cambio muy tranquilos, y aunque es fácil moverse con el transporte público una vez lo conoces, los precios son altos incluso con el descuento universitario. Yo acabé mudándome desde uno de estos barrios a West End para facilitar el salir con mis amigos y evitar preocuparme por los precios del transporte. Pasé entonces a vivir en lo que se conoce aquí como “sharehouse”, que es la opción más común de alquiler: se alquilan habitaciones de una casa, que por lo general suelen ser enormes, y se comparten las zonas comunes. Hay precios muy buenos para estudiantes incluso en las zonas con más movimiento, y es también una forma perfecta de conocer gente.
La gente aquí es muy abierta dado que hay un gran número de personas de origen internacional, y los propios australianos tienen conexiones personales o familiares con personas de todas las nacionalidades. Todos están dispuestos a compartir su cultura y a escuchar acerca de la tuya. A mí me sirvió para abrirme los ojos acerca de la grandísima diversidad de culturas asiáticas, que por lo general en Europa no suelen ser apreciadas de forma independiente.
Fuera de la ciudad, hay infinidad de sitios que explorar: playas, bosques tropicales, montañas, lagos, cascadas… Una opción muy común y perfecta para explorar el país son los “road trip”. Siempre hay gente buscando acompañantes para recorrer la costa en coche y parar por el camino a disfrutar del paisaje o las ciudades por las que se pasa. Yo me uní a uno con el que recorrimos desde Brisbane a Sydney y pasamos por las montañas azules, simplemente espectacular. Encontrar vuelos a Nueva Zelanda o al norte para ver el arrecife de coral también es sencillo, y aunque hay que tener cuidado con las fechas respecto a los precios, son experiencias que no hay que perderse.
Respecto a trabajar, es algo difícil siendo estudiante a tiempo completo, principalmente por la incompatibilidad de horarios. Sin embargo, hay mucha gente que viene de diferentes países con una “working holiday visa” y se pagan su estancia trabajando sin problema alguno en encontrar empleo. También es posible realizar actividades promocionadas por la universidad. En mi caso, una vez terminé el semestre me uní a un programa de investigación durante el verano, con una beca de la universidad que me ofrecía un salario por 10 semanas por mi trabajo en el laboratorio, con el que pude extender mi estancia un par de meses más.
En resumen, mi experiencia en Australia durante los últimos siete meses ha sido increíble. He visto lugares preciosos, conocido gente fantástica y aprendido muchísimo, tanto en la universidad como fuera de ella. Es una experiencia que te cambia, te anima a ir a por más y a dejar de lado inseguridades o dudas con respecto a viajar y probar cosas nuevas. Mi principal consejo es informarse bien antes del viaje y durante tu estancia de todas las opciones accesibles para poder aprovechar la estancia al máximo. LAE te puede ayudar de forma profesional con el papeleo y el alojamiento. En la web hay también numerosas páginas de anuncios (gumtree es una de las más populares) o grupos de Facebook en los que puedes encontrar de todo: muebles, bicicletas, tiendas de campaña y prácticamente cualquier otra cosa que puedas necesitar
- LAE International Education
- enero 23, 2024
- 10:26 am
- 1 minute