Perderse no es el fin del mundo
Cuando te pierdes en una ciudad extranjera, mantén la calma y usa la cordialidad, conoce las costumbres locales,
Testimonios
Conoce a los estudiantes que ya vivieron la aventura internacional.
Ángela y su experiencia estudiando inglés y VET en Australia
Mi nombre es Ángela y soy de Sevilla. Estudié ingeniería y hace cinco años decidí irme a vivir a Australia.
¿Qué te motivó a dar el paso de irte a vivir al extranjero?
Estudié ingeniería pero mi sueño siempre fue dedicarme a la construcción. Con la crisis de 2008 tuve que reciclarme laboralmente y empecé a trabajar en el sector aeronáutico. Pero no era lo que me llenaba. Así que decidí ir a otro país donde la construcción estuviera en auge y por eso elegí Australia, que en aquel momento tenía una economía muy potente. Entonces escuché de vosotros y fui a hablar con Olga para ver qué tal. Estuve un año allí, todo me fue genial, pero yo solo había pedido un año de excedencia en mi trabajo. Entonces decidí volver a España y retome mi trabajo. Fue una experiencia que me cambió muchísimo y me dio seguridad para seguir experimentando, así que, un tiempo más tarde, con todo lo aprendido en mi experiencia de estudiante Australia, solicite la Work and Holiday Visa para Canadá y me fui también por 1 año.
Cuéntanos sobre tu experiencia en Australia:
¿En qué ciudad vivías?
Vivía en el centro de Sydney, en el CBD. Quería experimentar esa experiencia de vivir en una ciudad grande. Esta zona está más enfocado a los negocio, hay muchos rascacielos. No es el típico barrio residencial lleno de familias. Lo bueno también de Sydney son las playas que hay muy cerca de la ciudad. Yo iba muchísimo a Bondi y era guay vivir en la ciudad y tener la playa a unos kilómetros. Supongo que la gente que vive en Barcelona podrá experimentar lo mismo.
¿Qué estudiaste?
Por un lado, hice un curso de inglés. Mi inglés no era tan bueno y me apetecía sacar la certificación del IELTS porque te sirve para visados, trabajos, para certificar tu nivel de inglés… También hice un curso VET, un Diploma en Project Management, porque me quería aprender conceptos de vocabulario sobre mi profesión, algo más técnico. El VET me daba la posibilidad de estar el tiempo exacto que yo quería, que era de un año, y a la vez de aprender inglés. Yo salí muy contenta con todo lo aprendido.
¿Trabajabas mientras estudiabas?
Yo me fui con la idea de trabajar en la construcción, creía que iba a llegar y el primer día conseguiría un trabajo de lo mío. Pero eso no es así. Necesitas preparar un currículum y entrar en un proceso de selección. Hay que ir poco a poco. Además al principio el inglés no es tan bueno. Cuando necesitas aprender inglés lo mejor es un trabajo de cara al público. Entonces yo empecé de camarera, pero lo mismo, te piden experiencia. Al final te salen trabajos de recoger vasos o fregar platos. Yo empecé en un restaurante y una cafetería. Después me cambié a una tienda de ropa, que era lo que siempre había querido y fue genial.
¿Te acogieron bien?
Desde luego. Es un país muy multicultural, están muy acostumbrados al trasiego de gente de fuera, se conocen las costumbres, las cosas buenas y las cosas malas de cada país. Al final se agradece mucho como te acogen, son gente cercana. Australia está muy abierta a la gente extranjera o por lo menos Sídney, no he estado en las zonas regionales. Pero todo el mundo que conozco que vive o que ha ido o ha trabajado en Australia comparte mi opinión.
Háblanos un poco sobre el nivel de vida.
Yo me fui con un presupuesto pero esos cálculos no siempre son exactos. Al final con el trabajo de 20 horas tuve suficiente. Me pagaban sobre la hora a 20 dólares, pero me subieron el sueldo pronto. Además cuando llega el tiempo de vacaciones a mitad del curso, ese espacio entre clases, puedes trabajar cuarenta horas. En ese tiempo ahorré dinero para irme a Estados Unidos, viajar por NZ y Asia antes de volver a España y pagar muchas más cosas. En definitiva, ese trabajo de 20 horas te da para ir viviendo el día a día y aprovechar al máximo las vacaciones, donde puedes trabajar 40 horas, que es cuando acabas ahorrando.
¿Dónde vivías? ¿En una residencia, en una casa de familia, en un piso?
Al principio cuando me fui pensaba que no quería compartir piso porque era ya muy mayor, pero cuando estas allí estas sola lo agradeces porque estás muy lejos de casa. Los primeros días se te hace raro, pero después es lo mejor. Nunca me sentí sola, mis compañeros ahora son mi familia y han pasado cinco años. Yo aquí compartía habitación, que para nosotros en España es raro, pero fuera es muy común. Acabas ahorrando dinero y la experiencia es muy positiva.
¿Necesitabas usar el transporte público?
Para nada era necesario porque vivía en el centro. Sin embargo yo me montaba en el autobús y me encantaba ver a la gente, ver que era otra cultura, que era todo diferente. Yo trabajaba en Bondi e iba en metro porque me gustaba la experiencia del metro en sí. Era pequeño y muy puntual.
¿Te sentiste sola? ¿Hiciste muchos amigos?
Es cierto que vas sola pero nunca me sentí así. Conocí a mucha gente en los cursos. Además tienen tu perfil profesional, cuentan más o menos la misma experiencia y los mismos gustos. Te sientes muy identificada porque hay mucha gente en la misma situación que tú. Me llevo muchos amigos: de la escuela, del curso de inglés, mis compañeros de piso… Acabas creando una red de contactos que a mí me dura hasta día de hoy, cinco años más tarde. Ayer fue mi cumpleaños y todos me felicitaron
¿Qué consejo darías a una persona que quiere vivir una experiencia internacional?
Cuando mis amigos me preguntan primero les digo que si pueden se vayan estudiando, con un visado de estudios, porque hay muchas posibilidades, un abanico económico muy grande. Además haces amigos porque vas a la escuela todos los días. Allí se preocupan por ti y te llevan un poco de la mano.
Siempre lo recomiendo si es tu primera vez. Aunque hayas viajado mucho, es algo completamente diferente. Tienes que mover mucho papeleo: la cuenta bancaria, el número de la seguridad social… Olga y LAE me facilitaron mucho el trabajo. Además la oficina de LAE Sydney me ayudó mucho los primeros días. La segunda vez me fui con la Work and Holiday en Canadá y ya sabía perfectamente lo que tenía que hacer.
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