¿Y las plantas?
Los animales australianos son muy populares, pero un amante de la botánica también encontrará muchísimo para maravillarse. Se estima que en Australia existen unas 27 700 especies de plantas. Probablemente las más importantes son los eucaliptos: unas 2800 especies (algunas de las cuales constituyen la principal fuente de alimento de los koalas) que representan el 80% de los bosques australianos. El 20% restante está dividido entre acacias, maleleucas, casuarinas, callitris, manglares y selvas.
La selva de Daintree, norte de Queensland, es el bosque tropical más antiguo del planeta. Se estima que se originó hace 135 millones de años.
En el llamado Valle de los Gigantes, en el suroeste de Western Australia, pueden hallarse los árboles más grandes del país. Algunos de ellos tienen hasta 500 años de edad. Durante la temporada, las flores silvestres, incluyendo las siemprevivas, convierten zonas áridas de sabana en coloridas alfombras. En el estado de Western Australia hay más de 12 000 especies de flores silvestres, que puedes ver florecer entre junio y septiembre. Esta es la colección de flores silvestres más grande del mundo y el 60% de ellas no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.
¿Dónde contemplar tanta belleza?
Empezaremos desde lo más cercano. Como te contábamos en la anterior entrada, las ciudades australianas están bendecidas con la presencia de grandes y muy bien preservados parques que sirven de abrebocas para la riqueza silvestre del país. Si quieres ir un poco más lejos en la exploración, pero aún mantenerte dentro de la ciudad, hay otras opciones, como los jardines botánicos. Los hay en todas las ciudades. Uno que recomendamos es:
Royal Botanic Gardens – Sydney: Sobre la bahía de Sydney y contiguo a la Sydney Opera House. De fácil acceso y lo mejor: ¡de entrada gratuita! Tiene 30 hectáreas de extensión y, aunque hay cultivadas plantas de todo el mundo, al menos el 20% corresponde a especies exclusivamente australianas.
Por otra parte, sabemos que no a todos les gusta ver animales en cautiverio. Pero cuando estos ofrecen un buen lugar para las especies, y además cumplen con labores de preservación, creemos que vale la pena darles una oportunidad, ya que ponen al alcance del público lo más destacado de la fauna australiana, al tiempo que acogen a animales impresionantes de otras partes del mundo. Uno de los que más recomendamos por su ubicación central en la ciudad, y el costo de admisión asequible, es el Melbourne Zoo.